domingo, 7 de diciembre de 2008

FMI y OMC: El pesado yugo de la opresión

A menudo observamos el desequilibrado reparto de las riquezas en el mundo, y nos fijamos en esos países “poco avanzados”. Por otro lado, siempre estamos oyendo aquello de “perdonar la deuda externa”, que exigimos a nuestros gobiernos.

Si, es cierto, nuestros gobiernos son en parte culpables, pero la gran parte de la culpa de esta deuda, es gracias al Fondo Monetario Internacional (FMI), al Banco Mundial (BM), y a la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Aparte de esto, hay gobernantes de estos países poco avanzados que a menudo abusan de la falta de transparencia para quedarse con parte del dinero del estado y reinvertirlo en cuentas en paraísos fiscales.

Pero también hay gobernantes con buenas intenciones, que sólo quieren sacar a su país de la miseria.

Os presento la voz de un antiguo ministro de Santo Tomé y Príncipe:

“La corte de un rey de la Edad Media es un modelo de democracia en comparación con los despachos del FMI. ¡Una espera interminable! ¡órdenes transmitidas con una voz seca!. ¡desprecio apenas encubierto hacia la presunta incompetencia de los ministros mendicantes! ¿queréis dinero fresco? ¡Firme, aquí, la carta de intenciones!”

La carta de intenciones es el arma suprema del FMI. Es un arma de chantaje. ¿En qué consiste? Esta carta contiene una lista de reformas interiores, reducciones presupuestarias, ajustes fiscales, etc. Que el FMI “propone” al gobierno mendicante del PMA (país menos avanzado). El conjunto de esas proposiciones componen un “plan de ajuste estructural”.

Los buitres imponen reformas estereotipadas: “disciplina fiscal”, “transparencia presupuestaria”, privatización de las industrias y los recursos nacionales, liquidación de los servicios públicos (los hospitales y las escuelas, específicamente, deben ser de pago).

La firma de esta carta y, más en concreto, la trasposición en la legislación nacional de las exigencias enumeradas, condiciona la opinión que el FMI dará a conocer al conjunto de los creditores.

Ninguno de los PMA escapa a esta camisa de fuerza de los dictadores de la FMI.

No hay comentarios:

Publicar un comentario