jueves, 25 de diciembre de 2008
Es Navidad
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Día de los Derechos Humanos
Quizá nos suene algo lejano "luchar por los derechos humanos", pero la realidad es que esa lucha tiene nombres y apellidos.
Hollman Morris es un periodista colombiano muy conocido en su país. El programa de televisión que dirige, "Contravía" ha puesto de manifiesto aspectos delicados de la situación del país, como asesinatos y secuestros de campesinos y desapariciones forzadas a manos de los Paramilitares. Él acaba de recibir un mensaje de correo electrónico de un autodenominado Frente Patriótico Nacional en el que le comunicaban que en una rifa le había tocado un ataúd por ser miembro de la guerrilla, antipatriota e informante. Ese es el precio que algunos le quieren poner a defender los Derechos Humanos.
Mucha gente como esta no tiene nada mejor que hacer que poner en peligro su vida y luchar por una causa importante. Pues no, tienen razón. No hay nada más urgente que dar voz al que pide ayuda para defender sus derechos. Derecho a no ser perseguido por pertenecer a una minoría étnica. Derecho a no ser perseguido por ser homosexual y a que tu nombre no aparezca en una lista negra. Derecho a ejercer la abogacía en nombre de los más necesitados. Derecho a publicar noticias y opiniones. Derechos básicos para la dignidad del ser humano que en Europa nadie siquiera discutiría y que, sin embargo, el defenderlos te puede costar la vida en muchos lugares del mundo. Y los que peligran son seres humanos. Tienen nombres y apellidos. Tienen un rostro que nos mira y nos pregeunta: ¿Quieres saber qué hacemos, día a día para que los Derechos Humanos sean una realidad en el mundo?
¿Qué haces tú?
domingo, 7 de diciembre de 2008
FMI y OMC: El pesado yugo de la opresión
Si, es cierto, nuestros gobiernos son en parte culpables, pero la gran parte de la culpa de esta deuda, es gracias al Fondo Monetario Internacional (FMI), al Banco Mundial (BM), y a
Aparte de esto, hay gobernantes de estos países poco avanzados que a menudo abusan de la falta de transparencia para quedarse con parte del dinero del estado y reinvertirlo en cuentas en paraísos fiscales.
Pero también hay gobernantes con buenas intenciones, que sólo quieren sacar a su país de la miseria.
Os presento la voz de un antiguo ministro de Santo Tomé y Príncipe:
“La corte de un rey de
La carta de intenciones es el arma suprema del FMI. Es un arma de chantaje. ¿En qué consiste? Esta carta contiene una lista de reformas interiores, reducciones presupuestarias, ajustes fiscales, etc. Que el FMI “propone” al gobierno mendicante del PMA (país menos avanzado). El conjunto de esas proposiciones componen un “plan de ajuste estructural”.
Los buitres imponen reformas estereotipadas: “disciplina fiscal”, “transparencia presupuestaria”, privatización de las industrias y los recursos nacionales, liquidación de los servicios públicos (los hospitales y las escuelas, específicamente, deben ser de pago).
La firma de esta carta y, más en concreto, la trasposición en la legislación nacional de las exigencias enumeradas, condiciona la opinión que el FMI dará a conocer al conjunto de los creditores.
Ninguno de los PMA escapa a esta camisa de fuerza de los dictadores de
viernes, 5 de diciembre de 2008
Disney: un caso de blood-money
Pero Eisner no se contenta con este salario mirífico. El mismo año (2000), se embolsó también acciones por un valor de 181 millones $. Esta suma bastaría para sustentar la vida de 19000 trabajadores y sus familias durante 14 años. Los obreros y las obreras haitianos de la compañía Disney perciben unos salarios escandalosamente bajos, sufren desnutrición y viven en la miseria.
El National Labor Committee hizo el seguimiento del rodaje de un célebre film de éxito de la compañía Walt Disney, centrado en las cabriolas de una camada de cachorros, 101 dálmatas. Mientras duró el rodaje, la sociedad transnacional alojó a los perros en “casas para perros”, construidas especialmente para tal efecto. En esas “casas”, los animales tenían camas mullidas, lámparas termógenas y cada día se les servía una comida preparada por cocineros para perros que alternaba menús a base de carne de ternera o de gallina. Un equipo de veterinarios velaba día y noche por el bienestar de los dálmatas. Los obreros y las obreras haitianos de